Solemnidad de la Santísima Trinidad

DIOS TRINIDAD ORIGEN DEL MUNDO

“Al principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra estaba informe y vacía; la tiniebla cubría la superficie del abismo, mientras el espíritu de Dios se cernía sobre la faz de las aguas. Dijo Dios: «Exista la luz». Y la luz existió. (Gn 1,1-2)

DIOS TRINIDAD VISITA AL PATRIARCA ABRAHAM

“Abraham alzó la vista y vio a tres hombres frente a él. Al verlos, corrió a su encuentro desde la puerta de la tienda, se postró en tierra y dijo: «Señor mío, si he alcanzado tu favor, no pases de largo junto a tu siervo. Haré que traigan agua para que os lavéis los pies y descanséis junto al árbol” (Gn 18,2-4).

DIOS TRINIDAD DECIDE LA ENCARNACIÓN

“En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio junto a Dios. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer” (Jn 1,1-2.18).

LA TRINIDAD PRESENTE EN LA REDENCIÓN

“Jesús, clamando con voz potente, dijo: «Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu». Y, dicho esto, expiró” (Lc 23, 46).

SANTIFICADOS POR LA ACCIÓN DE LA TRINIDAD

“Estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, por el cual hemos obtenido además por la fe el acceso a esta gracia, en la cual nos encontramos; y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado” (Rom 5, 1-2.5).

COMENTARIOS

San Atanasio escribe: “Existe, pues, una Trinidad, santa y perfecta, de la cual se afirma que es Dios en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que no tiene mezclado ningún elemento extraño o externo, que no se compone de uno que crea y de otro que es creado, sino que toda ella es creadora, es consistente por naturaleza, y su actividad es única. El Padre hace todas las cosas a través del que es su Palabra, en el Espíritu Santo. De esta manera, queda a salvo la unidad de la santa Trinidad”.

En iconografía se da el nombre de “trono de gracia” a la representación de la Santísima Trinidad, en la que el Padre recibe la ofrenda de su Hijo crucificado y lo sostiene con la fuerza y el amor del Espíritu Santo.

En la experiencia mística, Santa Teresa narra: “Se me dio a entender la manera cómo era un solo Dios y tres Personas tan claro, que yo me espanté y consolé mucho. Hízome grandísimo provecho para conocer más la grandeza de Dios y sus maravillas, y para cuando pienso o se trata de la Santísima Trinidad, parece entiendo cómo puede ser, y esme mucho contento” (Vida 39,25).

Rezamos: ¡Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo!

Ángel Moreno Buenafuentes